Corazón de Piedra

Damian había estado saliendo con una hermosa joven durante un par de semanas, la química entre ambos era increíble, las conversaciones se prolongaban hasta la madrugada y el sexo era desenfrenado, siempre satisfactorio para ambos.

A pesar de que Damian y la joven se reunían varias veces a la semana, él comenzaba a sentir la necesidad de verla cada vez más frecuentemente, insistía en recogerla en su auto desde dónde se encontrara, le pedía que se quedara a dormir con él y cuando no se veían en más de dos días, la llamaba constantemente hasta que ambos se quedaban dormidos con el teléfono en mano.

La regularidad de los encuentros empezó a molestar a la joven luego de unos meses y le pidió espacio a Damian, quien no tomó la noticia con entusiasmo pero sin más remedio, aceptó el tiempo a solas.

Sólo una semana después, Damian llamó a su amante:

-¿Qué tal Dulzura? quiero verte, te extraño. 

- Hola, lo siento, estoy ocupada- La llamada finalizó.

El ego herido de Damian hizo que arrojara el teléfono contra la pared, gritaba lleno de frustración como un adicto cuyo dealer acaba de huir de la ciudad. 

Para calmarse fue al gimnasio a nadar y ahogar su fracaso, allí decidió que no se rendiría tan fácilmente, después de todo ella valía el esfuerzo, era perfecta.

El viernes siguiente le escribió un mensaje a la joven: “ Quiero que nos veamos ésta noche, haremos lo que desees, lo que pidas, por el tiempo que decidas... te he preparado una sorpresa”

Ella llamó: “Damian, querido, de verdad estoy ocupada”

- Por favor no cuelgues, veámonos sólo quince minutos, te recojo luego de tus clases.

- Mmm no lo sé.

- Te lo ruego, ya he comprado los ingredientes.

- Mmm…bien, voy a tu casa en media hora, pero no quisiera demorarme.

Damian ultimó los detalles a gran velocidad: cambió las sábanas, llenó los floreros con amapolas y las copas con el vino que más le gustaba a ella; por último, alistó el anillo que su madre le había dejado antes de morir.  Ella es la correcta.

Una hora después, la joven tocó la puerta: “Vamos al grano” y lo atrajo hacía ella, tomándolo del cinturón para besarlo apasionadamente, Damian no se opuso a las apasionadas caricias de ella y ambos follaron a gusto sobre las sábanas recién puestas.

Tomaron un poco de vino estando aún en cueros y Damian le indicó que pronto podrían cenar.

- Lo siento, no puedo quedarme - Dijo la joven.

- Pero la sorpresa aún no termina, quería preguntarte algo importante. 

Damian sacó el anillo del estuche mientras  se arrodillaba para pedirle matrimonio. 

- Jajajaja ¡Damian! jajajaj

Rápidamente Damian se incorporó y se puso sus pantalones.

- Querido, apenas nos conocemos ¡Estás loco! - Le responde ella sonriendo irónicamente.

- Pero…yo pensaba que también estabas loca por mi. 

- ¡No! jajajajaja lo siento, lo siento, ya paro de reírme jajaja...la verdad estoy viendo a alguien más.

Damian fue a la cocina mientras ella se vestía y el momento en el que ella se abrochaba el sujetador, la tomó del cuello con sus fuertes manos y la empujó hasta la pared estrangulándola, al tiempo que le gritaba al oído:“¡¡Eres una maldita perra egoísta!!”. Los ojos de la chica se tornaban rojizos mientras Damian continuaba estrangulando “¡Tu condenado corazón de piedra, me hiciste creer que me amabas!”. 

Luego de unos minutos de forcejeo inútil por parte de ella, Damian soltó el inerte cuerpo que cayó al suelo, él joven respiraba frenético, su cabeza era un torbellino de voces que no se detenían; luego pensó para sí mismo: “¿Por qué no?”

Tomó un afilado cuchillo de su cocina y abrió el pecho de la joven: “veamos”. Rompió las costillas y mutiló las arterias para extirpar el aún caliente corazón.

“¿Cuál sería el vino adecuado para acompañar este bocadillo según el Dr. Lecter?” y rio poniendo el órgano en un sartén con aceite de oliva.

Damian encendió las velas y puso la mesa para una persona ceremoniosamente, devoró el corazón de su amante muerta a término medio con una copa del vino que había comprado para ella. Cuando terminó el festín, comenzó a sentir una presión en el pecho, un peso invisible oprimía sus pulmones dificultando la respiración, sentía frio en sus extremidades, las puntas de sus dedos se veían más pálidas y experimentaba en ellas dolorosas punzadas.

Mareado, tomó su teléfono y marcó el número de emergencia, se encontraba más aturdido a cada segundo de espera en la línea, cuando por fin contestaron, sólo pudo murmurar un inteligible “ayuddd”.

- Agente Abad, le llamo, desde la avenida 36-3 para solicitar investigadores forenses y un paramédico... Mmm parece un caso de canibalismo...el sospechoso no presenta signos vitales...La víctima yace exánime en la habitación contigua...género femenino, entre 25 y 30 años de edad.

Al realizar la necropsia de Damian, todo el personal médico quedó perturbado, nunca lograron descifrar o llegar a un acuerdo sobre cómo fue, que sin incisión alguna en el cuerpo del sujeto, había sido reemplazado su corazón por un puño compacto de un material desconocido, duro como piedra.


Comments

  1. Genial, insospechado, impredecible en un marco de posibilidades. Deja al lector la tarea de responder las dudas que genera el final.

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