A el Pueblo de la Infancia

 


Escondido entre montes y niebla
llegábamos al pueblo por un camino virgen,
en cuya travesía las penas se ciñen
y sin embargo, por generaciones, mi familia allí puebla.

Mentiría si dijera que no añoro
los fantasmas, brujas y demonios
que en el pueblo acechaban los matrimonios,
leyendas que perturbaban mi infancia y ahora adoro.

Bellos y fecundos eran sus montes
y aunque para el mundo no brilla su nombre,
Dios y el diablo habitan sus horizontes.

Cura para mi alma en la distancia
son aquellos recuerdos de mis años primeros,
cura para la nostalgia, mi bello monte y su fragancia.


Comments

  1. Me ha encantado esta oda al pueblo de la infancia; ¡Qué bellos recuerdos llenos de felicidad y un poco de nostalgia!
    Paulart, recibe mi saludo desde Contrastes y desde Suecia.

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    1. ¡Hola Gustavo! Muchísimas gracias por tu apreciación. Acabo de seguir tu blog y me ha encantado! Un saludo :)

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  2. Volver, siempre volver, no importa si lo que encontramos coincida o no con el recuerdo, pero la dinámica de volver a ese lugar que nos vio crecer, cobra fuerza, especialmente cuando el presente se hace extraño, se nubla, y nos pone melancólicos. Una elocuente imagen de lo que es o de lo que imagina la mente y siente el alma.

    Un gusto conocer y saborear tu arte. Un abrazo, Paty

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