Al amanecer

 Al amanecer de fría y pálida luz

cuando muere la invernal noche,

"por la señal de la santa cruz"

se persigna y se levanta ,

para empezar el día sin más reproche.

En la cumbre más solitaria de la villa

en la humilde y rústica cabaña,

la sonrisa del anciano todavía brilla,

él que de todos fue olvidado,

vive en armonía allá en la montaña.

Y es que de su esplendor no quedó nada

de los hijos nadie le da palabra,

de amor, juventud y riqueza despojado

el abuelo esperaba sin más que ofrecer.

Se despide del mundo al anochecer

que Dios guarde a sus hijos, a los nietos también,

culminando el testamento con un amén.

Vuelan las horas de la noche amada,

sus oraciones se pierden abandonadas

anunciando un nuevo día,

su soledad perpetuada al amanecer.